Mucho de lo que se escuchó, por parte de los candidatos
presidenciales, en el primer debate, pasa a formar parte del anecdotario, ya
que desde que estos se iniciaron (1994), mucho es lo ofrecido y poco lo cumplido.
Las campañas políticas, y por ende los debates, sirven
para conocer la oferta que realizan los diversos candidatos y que los
ciudadanos evalúen cuáles de ellas tienen posibilidades de plasmarse en el
terreno de los hechos y decidir con su voto el apoyo a quien más le crean.
Resulta lamentable que muchas de esas promesas caen al
vacío al momento de asumir funciones los Ejecutivos federales, estatales o
municipales y otras son cumplidas a medias, con lo que ellos se declaran con la
satisfacción del deber cumplido.
Los ataques más fuertes que registra el candidato
presidencial priista, Enrique Peña Nieto, se refieren al supuesto incumplimiento
de algunas de las obras comprometidas y firmadas ante notario público durante
su campaña de proselitismo.
Tal vez sea cierto que incumplió con algunas de ellas y
que con otras quedaron sin terminarlas, pero son las menos, ya que de los más de
600 compromisos de ese tipo, cumplimentó las principales que generaron
bienestar colectivo.
Pero al margen de la disputa entre priistas y panistas
sobre ese tema, la mayoría de los ganadores de los procesos electorales
incumplen en gran parte lo ofrecido en
campaña.
Simplemente recordando cómo se autollamó en su etapa de
campaña el actual Presidente Felipe Calderón Hinojosa, se da uno cuenta del
incumplimiento de su oferta electoral.
Calderón Hinojosa se definió como el Presidente del
empleo, frases usadas en su publicidad y la realidad nos muestra una faceta
distinta.
Pero no es el único, uno de los grandes reclamos de la
sociedad, desde los tiempos de las campañas electorales de 1988, fue el tema de
la seguridad, abordado marginalmente desde 1982, en referencia a lo sucedido
con la policía de Arturo Durazo Moreno en la capital del país.
El tema fue prioritario en las campañas de 1988, 1994,
2000 y 2006 y los compromisos de los candidatos, incluidos los ganadores de
esas contiendas fueron amplios, sin que
nada sucediera.
Se dice ahora que de haber respondido a las demandas
ciudadanas, el país no enfrentaría la grave crisis que padece en el tema,
aunque los reportes de cada uno de esos gobiernos son satisfactorios, a su
parecer.
Educación y salud, son otros temas prioritarios, en los
que los candidatos abundan cada seis años y que al término de sus gobiernos
muestran graves deficiencias y nuevas promesas para subsanarlos.
Infraestructura, sin olvidar la generación de empleo,
vivienda para los trabajadores, programas asistenciales y otros temas, son
compromisos asumidos por los candidatos cada seis años, aunque las palabras se
las lleva el viento y al término de cada sexenio, la historia se repite
nuevamente.
De ahí que los debates sean un extraordinario vehículo
para debatir cada uno de esos temas y la forma en que cada uno de los
candidatos afrontaría los problemas ancestrales y de rezago.
Siendo esta una nueva modalidad dentro de la vida
democrática de México y realizados ayer por vez primera por ley, los debates
han servido en otros países, tal vez, más evolucionados para contrastar unas
ofertas electorales con otras y comprobar el temple de cada uno de los
aspirantes a presidir el gobierno del país en disputa.
Es cierto que en México hace falta fomentar la cultura del
debate para que estos muestren las bondades de los mismos y la forma en que
pueden orientar a los ciudadanos sobre el rumbo de su voto.
Hace unos cuantos días se celebró en Francia el debate
entre los dos candidatos presidenciales que fueron a la segunda vuelta el socialista Hollande y el
actual Presidente Sarkozy.
Los que tuvimos la oportunidad de seguirlo por TV
apreciamos un fuerte duelo verbal entre uno y otro, que, tal vez, sirvió para
definir una contienda cerrada como la que venían sosteniendo.
Ambos personajes se encararon y acusaron de todo,
descalificaron, con argumentos, las ofertas del contrario y contaron con gran audiencia
por parte de los electores que siguieron las incidencias de la discusión.
Hoy sabemos quién ganó (Hollande) y se dejó en claro que
(uno de los grandes temores de los políticos mexicanos) no importa hacer
campaña desde el poder, ya que el triunfo no está garantizado.
En muchos países del mundo, en que se permite la
reelección, los mandatarios en turno hacen campaña desde su posición de
gobierno y no necesariamente resultan triunfadores, los hay que basados en su
gestión consiguen la reelección, pero también quienes no la alcanzan finalmente
y caen derrotados con todo y los reflectores que les otorga el poder.
De ahí que cumplimentar las ofertas de campaña desde el
gobierno es la mejor medicina que pueden tener los partidos y sus candidatos
para acceder o conservar el poder público.
BALANCE DE FRANCISCO ROJAS
Cercano ya el fin de la LXI legislatura, el coordinador
de los diputados priistas, Francisco Rojas realizó un balance de los trabajos,
dejando en claro que la Cámara de Diputados es un espacio de pluralidad y
tolerancia.
Por eso, dijo, no debe perderse la lucha por consolidar
el Poder Legislativo en el esquema de la división de los poderes del Estado.
MURIÓ RAMÓN ARANO
Ramón Arano Bravo, una de las grandes glorias del béisbol
mexicano murió el pasado sábado en su natal Veracruz.
Pitcher de varios equipos, principalmente Águila de
Veracruz, Diablos Rojos del México, Saraperos de Saltillo y Cafeteros de
Córdoba, Arano conquistó la gloria cuando blanqueó al equipo de Ligas Mayores
de Estados Unidos, Indios de Cleveland.
No hay comentarios:
Publicar un comentario