martes, 24 de agosto de 2010

EL ADIÓS DE NAVA

La decisión de César Nava Vázquez (impuesta o propia) de no buscar una reelección como presidente del CEN del PAN, sume en otra crisis al partido gobernante, donde el simple anuncio desatará la lucha por el control del partido.
Es cierto que el Partido Acción Nacional ya no es un organismo autónomo, donde la dirigencia y los consejeros marcaban los ritmos a seguir y que ahora es dirigido desde Los Pinos, pero en su afán del juego democrático, habrá quienes realicen un intento por cambiar ese rumbo.
César Nava Vázquez como su antecesor Germán Martínez Cázares, asumieron la dirigencia nacional del partido por mandato del Presidente Felipe Calderón Hinojosa y no por contar con el perfil idóneo para ello.
Ambos fueron impulsados por quien detenta el control del partido y busca impulsar a una tercera figura a modo, para manejar el proceso de selección del candidato presidencial.
En esta ocasión, el perfil a elegir deberá ser distinto para evitar que cometa los mismos errores que sus dos inmediatos antecesores, aunque deberá mostrar la misma docilidad que los dos “amigos” del Presidente Calderón.
Y es que Germán y César nunca tuvieron el control real del partido y se sujetaron a las decisiones que desde Los Pinos se asumían, lo que condujo al partido a una etapa sumamente gris.
Los dos personajes manejaron procesos electorales de gran importancia, cuyos resultados no fueron lo satisfactorios que esperaban, aunque consiguieron triunfos en plazas jamás antes conquistadas.
En el caso de Germán, el triunfo en la elección de Sonora puede ser considerado como simbólico, ya que ganaron el estado del que procedían los fundadores del PRI, golpeando el corazón de sus principales adversarios.
Pero ganado Sonora, los panistas perdieron dos plazas de singular importancia, Querétaro, gobernado por militantes del PAN durante doce años y San Luis Potosí, ganado seis años antes.
Además de ello, bajo la presidencia de Martínez Cázares los panistas perdieron el control de la Cámara de Diputados y diversas capitales estales y plazas importantes.
Con César Nava Vázquez sucedió algo similar, ya que es cierto que ganaron tres estados de gran importancia como son Puebla, Oaxaca y Sinaloa, en donde se concentra poco más del 10 por ciento de los distritos electorales del país, pero lo hicieron con candidatos ajenos, aunque el de Puebla, Rafael Moreno Valle (un ex priista, cercano al afecto de Elba Esther Gordillo) tiene la militancia, los otros dos no, ya que Gabino Cué Monteagudo está afiliado a Convergencia y Mario López Valdez no pertenece a ningún partido.
Las alianzas concretadas con el PRD y los otros partidos de izquierda (PT y Convergencia) alteraron los ánimos al interior del partido y estuvieron a punto de fracturar al partido, por las decisiones verticales de Nava Vázquez en la nominación de candidatos.
Con todo y que conquistaron tres estados de importancia, los panistas perdieron Aguascalientes donde durante doce años gobernaron y Tlaxcala a la que llegaron hace seis años.
Pero además de eso, el partido gobernante en la Presidencia de la República no ha podido crecer, ni siquiera consolidarse en los casi cuatro años de gobierno de Felipe Calderón Hinojosa, por lo que le urge un personaje que pueda encauzar al partido hacia la sucesión presidencial y que permita recomponer las cosas al interior del partido y que, principalmente, no muestre demasiada docilidad hacia las instrucciones que proceden de Los Pinos.
La trayectoria de César Nava Vázquez como presidente de Acción Nacional pasará a la historia como una de las más patéticas en los 71 años de vida del partido gobernante, donde quedó evidenciado en varias ocasiones, sin conseguir que nadie lo tomara en serio.
Jamás pudo encontrar un estilo propio y sus gestos, intentando mostrar un rostro duro y de combate movían a risa. Varias veces fue barrido por sus adversarios en la tribuna de la Cámara de Diputados y la sorna constante sobre su figura motivó a que dejara de asistir a las sesiones del Congreso de la Unión.
Sus negat5ivas sobre el pacto firmado con el PRI, su rompimiento de la palabra de matrimonio ofrecida a una cantante, su divorcio, sus constantes cambios de humor y de aspiraciones políticas hicieron de Nava un personaje político en franca picada.
Pronto se agotó su respaldo y aunque hoy anuncia su incorporación a los trabajos de la Cámara de Diputados poco es en lo que podrá contribuir al quehacer legislativo, cuando llega vencido y abatido.

*Sin rencores ni resentimientos de ninguna clase, Jesús Aguilar Padilla, gobernador de Sinaloa y Mario López Valdez, gobernador electo de esa entidad, se reunieron para establecer un frente común en la lucha por alcanzar el presupuesto anhelado para el año próximo.
Jesús Aguilar y Malova tuvieron en el pasado reciente una gran cercanía, lo que les llevó a militar en el mismo partido político e integrar el mismo equipo de beisbol, donde el gobernador en funciones fungía como pitcher y el electo como primera base y cuarto bate.
El no ser postulado como candidato del PRI llevó a Malova a formar parte de una coalición formada por los partidos de izquierda y derecha que derrotó con facilidad al candidato impuesto por el partido tricolor, Jesús Vizcarra Calderón.
Por cierto que los dos gobernantes, el actual y el electo, expresaron satisfacción por el encuentro sostenido. Aguilar dijo que su sucesor le dejó la mejor impresión, tras sostener un diálogo fluido, responsable, constructivo de cara a la transición y a la agenda de Sinaloa.
López Valdez dijo que se sintió cómodo que fue una charla de altura y que como una muestra de cortesía política, el gobernador Aguilar acordó que un despacho externo pudiera revisar la situación financiera y patrimonial de la actual administración estatal.

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