El radical cambio se gestó en una meteórica carrera política en la que se le vislumbraba un prometedor futuro y sin pasar por grandes cargos públicos alcanzó una de las principales carteras de la administración pública federal.
Fue un joven diputado y presidente de la Comisión de Justicia en la LV legislatura y se le mencionó constantemente para convertirse en el primer Procurador General de la República ajeno al partido gobernante, aunque por edad no pudo llegar al cargo.
Luego de eso, prefirió dedicar su tiempo al ejercicio profesional de su carrera de abogados, logrando ser un profesionista exitoso, con una amplia cartera de clientes pudientes.
Eso motivó su alejamiento de la actividad política, a la que regresó en momentos difíciles para el actual gobierno, por una serie de problemas internos y externos, adicionados por la muerte del titular de Gobernación, Juan Camilo Mouriño.
Gómez Mont fue incorporado a la actividad pública, con su sorpresivo nombramiento, ya que para ocupar la vacante se mencionaron varios nombres ajenos al suyo.
Sin embargo, el linaje familiar, su anterior desempeño como diputado federal, su cercanía y afinidad con políticos panistas de prosapia le allanaron el camino y se le consideró con las herramientas suficientes para ocupar el cargo por el que anteriormente habían desfilado Francisco Ramírez Acuña y el fallecido Juan Camilo Mouriño.
Desde su arribo a Bucareli, Gómez Mont mostró que sería un secretario de Gobernación diferente, con todo y su militancia panista y que mantendría diferencias con los principales dirigentes de su partido.
Así sucedió en el terreno de los hechos, donde se mostró como un político atípico y provocó polémicas al por mayor, abriendo una serie de frentes que nunca consiguió cerrar.
Su incorporación al esquema del Consejo Nacional de Seguridad Pública tampoco fue productiva y en ninguna de las dos facetas pudo consolidar su presencia, la de político y la de encabezar el CNSP.
Gómez Mont llegó a la secretaría de Gobernación con una gran carga motivada por su desempeño como abogado, donde los conflictos de sus clientes le fueron etiquetados en lo personal.
Su renuncia al PAN y su oposición a las alianzas entre este partido y los de izquierda lo dejó en una posición sumamente frágil, donde no obró con la misma dignidad aplicada hacia su partido.
El triunfo de las alianzas en tres estados el país (Sinaloa, Oaxaca y Puebla) fue el último golpe propinado a su débil posicionamiento, sin que ello hiciera reaccionar al secretario de Gobernación para asumir una posición más firme en torno a su futuro político.
Fernando Gómez Mont dejó de ser un interlocutor confiable para todos. Su papel era el de un simple espectador, sin voz ni voto, ni dentro ni fuera de la estructura del gobierno.
Como si ello fuese poco, la actitud asumida por su hermano mayor (Miguel) en Sudáfrica fue un clavo más en el ataúd del secretario de Gobernación, el que, si bien no es responsable de los actos de su hermano, el evento si contribuyó a dañar su deteriorada imagen pública.
El declive de Gómez Mont se originó desde su propio nombramiento, ya que asumió la posición de secretario de Gobernación en franca desventaja con sus antecesores, ya que a diferencia de ellos carecía de la confianza del Presidente de la República.
Por esa y otras razones, Fernando Gómez Mont jamás fue etiquetado como presidenciable de su partido, con todo y que proviene de una familia fundadora del partido, donde varios de sus hermanos han tenido cargos públicos, ninguno de la trascendencia del suyo, y en sus inicios fue visto como una de las grandes promesas del partido.
*Ventilar su vida en forma pública en revistas del corazón, intentar ejercer el control de grupo, practicar el nepotismo y celos ¿profesionales?, son algunas de las razones que afectaron la ascendente carrera política de la jefa de la oficina de la Presidencia de la República.
Si se confirma el envío de Patricia Flores Elizondo a la embajada de México en Portugal, esta nación mostrará que es el destierro favorito de los políticos mexicanos.
Por la embajada de México en ese país de la Península Ibérica han desfilado personajes como Carlos del Río, ex presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación; Francisco Labastida Ochoa, ex secretario de Energía, Agricultura y Gobernación, ex gobernador de Sinaloa, frustrado aspirante presidencial y hoy Senador de la República; Carlos Almada, ex oficial mayor de la secretaría de Energía y de Gobernación, adscrito en la actualidad al gobierno de Nuevo León.
Todos los que han pasado por esa misión diplomática han reconocido que es un oasis en sus respectivas carreras públicas.
*Los tres gobernadores no priista ganadores en una alianza de partidos, firmaron un compromiso de gobierno para los estados de Puebla, Oaxaca y Sinaloa, donde se comprometen a trasladar dicha alianza al terreno legislativo.
Rafael Moreno Valle, Puebla; Gabino Cué Monteagudo, Oaxaca y Mario López Valdez, Sinaloa, descartaron una persecución en contra de los funcionarios que dejarán esos gobiernos.
Los tres personajes que alguna vez militaron en el PRI, partido del que se alejaron por razones diversas, señalaron que están abiertos para gobernar con los mejores hombres y mujeres, sin importar la militancia política.
Moreno Valle, Cué Monteagudo y López Valdez, son senadores con licencia, por lo que solicitarán una definitiva para asumir sus cargos, aunque el más cercano a ello es el electo de Oaxaca, quien toma posesión el primero de diciembre, le sigue el de Sinaloa el primero de enero y hasta mediados des e mismo el de Puebla.
Fuerte fue el abrazo que se dieron en el Senado el coordinador priista Manlio Fabio Beltrones y el gobernador electo de Sinaloa, Mario López Valdez.
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