Contra todos los pronósticos, el PRD parece salir avante
de su primera encrucijada, la de seleccionar a sus coordinadores legislativos
en ambas cámaras del Congreso de la Unión.
Lejos de haberse fracturado o caído en los enfrentamientos
entre las tribus, el primer escollo fue salvado
como reforzamiento de ello, la reunión de Acapulco mostró que dentro de
las izquierdas se puede convivir.
El pacto de unidad sellado entre los diferentes grupos o
tribus que militan en el PRD parece fluir a buena velocidad por las vías del
entendimiento y los acuerdos que redunden en beneficios para el partido.
Pero las buenas noticias para la izquierda mexicana no se
detienen en el Partido de la Revolución Democrática, ya que sus aliados del
Movimiento Ciudadano y Partido del Trabajo convinieron en consolidar un frente
común, con el que pretenden hacer contrapeso al PRI en el Congreso y en cuanta
elección se presenta.
En lo que se puede llamar el Pacto de Acapulco, los tres partidos
mencionados establecieron darle continuidad a la alianza sellada en los
comicios del pasado primero de julio y empujar una agenda legislativa en común,
además de lograr conquistas en las urnas en los próximos comicios.
Se trata de construir un Frente Amplio de las Izquierdas
Mexicanas, anunció Marcelo Ebrard Casaubond, Jefe de Gobierno del Distrito
Federal y quien busca mantener la unidad para que dentro de seis años compita
con ese respaldo como candidato presidencial.
Los participantes en esta reunión de las izquierdas
convinieron esperar la resolución del Tribunal Electoral del Poder Judicial de
la Federación, sobre los resultados de la elección del primero de julio.
Resulta sorprendentes como los dos eventos han transcurridos
dentro de la normalidad, sin los exabruptos acostumbrados en otras reuniones y
lejano a los enfrentamientos viscerales.
Y aunque no se puede cantar victoria todavía, los
integrantes de la izquierda dan un fuerte revés a quienes lo sitúan en planos
irreconciliables.
De acuerdo a los acontecimientos recientes y a lo
sucedido al interior de esos partidos, los dirigentes comprendieron que no
pueden echar por la borda los logros alcanzados el pasado primero de julio.
Por eso, esperarán la decisión de las autoridades
calificadoras sobre los datos y pruebas aportados en busca de la invalidez del
proceso electoral presidencial.
Su protesta se refiere solamente a ello, ya que en el
ámbito de las elecciones federales y las locales, no presentaron queja alguna y
muestran conformidad con los resultados.
De esa forma los menos de 30 senadores y los poco más de
130 diputados federales, serán una sola fuerza que impulse los proyectos
legislativos, especialmente los que giran alrededor de una reforma hacendaria y
electoral, entre otros aspectos y cerrarán filas con respecto a la posibilidad de
una reforma energética que pudiera abrirle el camino a las empresas privadas.
Pero si en algo quedaron satisfechos los partidos de
izquierda fue en lo conseguido en los comicios locales, donde ganaron los
gobiernos del Distrito Federal, Tabasco y Morelos, a cambio de perder el de
Chiapas.
Pero además de ello, conquistaron una serie de ciudades
que no habían gobernado nunca como es el caso de Villahermosa y recuperaron
otras como Acapulco, mientras consolidaban su presencia en 14 de 16
delegaciones políticas del Distrito Federal, incluida la casi permanentemente
panista Miguel Hidalgo.
La decisión de mantenerse unidos los tres partidos
considera ir juntos en los comicios que habrán de celebrarse el año próximo y
donde habrán de renovarse ayuntamientos de gran importancia en entidades como
Veracruz, Oaxaca, Puebla, Sinaloa,
Quintana Roo, Chihuahua, Zacatecas, Durango, Aguascalientes, entre otras.
También van por el gobierno de Baja california, luego de
que por vez primera alcanzaran la representación senatorial por esa entidad,
donde el candidato propuesto por el Movimiento Ciudadano y respaldado por los
otros dos partidos se ubicó como el representante por la primera minoría, desplazando
a los priistas que controlan los ayuntamientos del estado y detrás de los
panistas que mantienen el control del gobierno estatal desde hace 24 años.
Pero si en la Cumbre de Acapulco destacó un hecho fue el
de que los partidos de izquierda exigieron al Tribunal Electoral que actúe con
apego a la ley y ejerza el principio de exhaustividad en la resolución del
recurso de impugnación presentado contra el resultado de la elección presidencial.
El cuestionamiento que se hicieron los dirigentes de
izquierda por intermedio de Marcelo Ebrard fue si el tribunal va a hacer valer
la ley y recordó que la coalición Movimiento Progresista interpuso un recurso
contundente para que se garantice la vigencia del Estado de Derecho.
NUÑEZ Y GRACO AVALAN
En su calidad de
militantes del PRD, los gobernadores perredistas, electos y en funciones, suscribieron
la declaración política mediante la cual ese partido exige al Tribunal
Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) que ejerza todas sus
facultades y sustente la resolución de la impugnación de la elección
presidencial en el principio rector de la exhaustividad. La declaración
política fue avalada por senadores y diputados federales, líderes y dirigentes
nacionales del PRD.
El escrito, que avalaron
Núñez, Graco, Gabino, Marcelo y Aguirre señala que los candidatos del PRD
convocaron exitosamente a las urnas a los ciudadanos, venciendo el derroche de
recursos y las prácticas antidemocráticas, por lo cual “vaya para todos ellos,
especialmente para Andrés Manuel López Obrador, nuestro reconocimiento y
felicitación”.
El documento está
sustentado en cuatro puntos básicos que hablan sobre el avance de la izquierda,
la decisión del TEPJF, la agenda de la izquierda es mandato y propuesta y la
política unitaria de la izquierda de cara al futuro, y expresa que los
compromisos efectuados por los grupos parlamentarios del PRD en ambas cámaras
habrán de impulsarse en forma de iniciativas de ley y de reformas.
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