Uno de los
mensajes enviados por el PRI durante la campaña presidencial, fue el de que
este partido se renovaba, ya que había aprendido de errores del pasado.
La pérdida
de la Presidencia de la República ocurrida doce años antes y la mayor
competencia electoral encontrada en las distintas entidades del país, mostraban
que los tricolores estaban decididos a cambiar algunas de sus formas y el estilo
de gobernar.
Se comenzó a
hablar del nuevo PRI, un partido con rostros nuevos y mejores propuestas que
contribuyeran al mejoramiento de la vida de los habitantes del país.
Uno de los
mejores ejemplos de esos rostros nuevos fueron los candidatos propuestos en diferentes
niveles de las nominaciones de gobernador desde que en 2010 se eligieron doce
gobiernos estatales, en 2011 tres más y en 2012 otros siete.
En varias de
esas entidades los candidatos postulados por el PRI fueron jóvenes, a los que
se les otorgó la oportunidad de gobernar esos estados, aunque sus carreras eran
sumamente cortas.
Se decidió
experimentar con ellos y hasta el propio candidato presidencial los puso de
muestra, como ejemplo de la renovación de su partido.
Cierto es
que varios de esos personajes no hubiesen figurado como abanderados a
gobernadores en los tiempos pasados del llamado partidazo, pero en la
actualidad tienen mayores posibilidad de acceder a los cargos de mayor
responsabilidad.
Rodrigo Medina
de la Cruz, Nuevo León; Javier Duarte de Ochoa, Veracruz; Roberto Borge Angulo,
Quintana Roo; Eruviel Ávila Villegas, Estado de México y Roberto Sandoval Castañeda,
Nayarit, representan esa sangre joven que está nutriendo al partido tricolor.
Sin embargo,
de los cinco jóvenes gobernantes, la excepción es el mexiquense, ya que los
otros cuatro acumulan desaciertos en su gestión, unos más que otros.
Medina de la
Cruz es susceptible de ser removido por su total inoperancia y desapego a la
labor de gobernante.
Nuevo León
se convirtió en uno de los estados más peligrosos del país, con matanzas por
doquier y una serie de tragedias que enmarcan el desgobierno imperante, con
gran presencia de fuerzas del orden que no consiguen imponerlo.
La juventud
del gobernador Medina de la Cruz sirvió solamente para muestrario de campaña,
ya que en el terreno e los hechos resultó un experimento frustrado de buen
gobierno.
Con una
terrible infiltración del crimen organizado y con hechos lamentables casi
diario, donde parece que reina la ley de la fuerza, Nuevo León no se puede apreciar
como uno de los estados ejemplos del nuevo rostro priista.
En Veracruz
sucede algo similar a lo de Nuevo León, con un gobernador temeroso del
estallido de la violencia y que en diversas ocasiones mostró que la falta de
experiencia si repercute en las acciones de gobierno.
Javier Duarte
de Ochoa es un experto en finanzas, carente de experiencia política, cuya
carrera fue acelerada para instalarlo como candidato priista al gobierno de
Veracruz.
Subsecretario
y secretario de Finanzas en el mismo sexenio, donde además se desempeñó como
diputado federal, forma todo su respaldo político.
Es otro de
los rostros nuevos del partido tricolor que no llega a los cuarenta años de
edad y que deja patente su novatez en una serie de decisiones tomadas como acciones
de gobierno, algunas de las cuales fueron retiradas en tiempo.
Sin embargo,
le tocó vivir episodios sumamente violentos, ya que en su gobierno aparecieron
los primeros muertos apilados a la luz pública y se suscitaron una serie
asesinatos de periodistas, que situaron al estado como uno de los más peligrosos
del país.
Algunos eventos
cuestionables como los 25 millones de pesos decomisados y luego regresados al
gobierno veracruzano, desataron una ola de especulaciones sobre el muy
particular estilo de gobernar de Duarte de Ochoa, quien muestra que tampoco es
ejemplificante su gestión, como para que su partido se siente orgulloso de él.
En peor
etapa se encuentra Roberto Borge Angulo,
el más joven gobernador del país, quien también desarrolló carrera
meteórica y que en un mismo sexenio consiguió todos los cargos que lo situaron
en la antesala de la candidatura al gobierno estatal.
Su inmadurez
queda de manifiesto en algunos sucesos en los que se ha mezclado, como son la
de diversión estilo joven de su edad, pero no con sus responsabilidades.
Borge Angulo
fue cachado en un juego de fútbol, en Europa, cuando en una muestra de su
inexperiencia subió una foto de él mismo en ese partido, cuando había anunciado
que iría a otra parte y lo peor de todo es que lo negó, con todo y las
evidencias del caso.
Se le ve
constantemente en discotecas y restaurantes de lujo, como parte de sus
actividades sociales y no de gobierno y el constante uso de aeronaves para sus
traslados en un escándalo en la entidad que gobierna (Quintana Roo).
Roberto Sandoval
Castañeda, gobernador de Nayarit, apenas rebasa la cuarta década de edad y
alcanzó la nominación priista al gobierno estatal, en virtud de su gran
popularidad como alcalde de Tepic.
Si bien su
gestión no es tan desastrosa, tampoco es lo bonancible que esperaban los
habitantes del estado, luego de la pésima administración de su antecesor, Ney
Manuel González, quien dejó al estado como uno de los cuatro más endeudados del
país.
Roberto Sandoval
enfrenta como en varias entidades de la república, el acoso del crimen
organizado, el que permea en el estado y su gestión pasa casi inadvertida por
la inacción de la misma.
Contrario
a
ello, Eruviel Ávila Villegas camina con buen tranco por el gobierno
mexiquense,
donde ha enfrentado con decisión algunos problemas surgidos en los menos
de doce meses de su gobierno, al tiempo que se plasman en obras algunos
de sus compromisos de campaña.
No hay comentarios:
Publicar un comentario