Josefina Vázquez
Mota no encuentra el método por el que pueda posicionarse y reinventar su alicaída
campaña electoral.
Busca con
desesperación algo que le sirva de plataforma de proyección o cuando menos que
le permita reducir la distancia que la separa del primer lugar y detener lo que
parece un franco declive.
La candidata
panista pretende sanar heridas dentro de su partido y cicatrizar viejos
agravios, mediante acercamientos con cuadros dirigentes o militantes que en el
pasado reciente fueron claves dentro de su partido.
Primero lo
hizo con quienes le disputaron la candidatura presidencial, a los que incorporó
a su equipo de campaña, aunque sin lograr la cohesión necesaria para el buen
funcionamiento del mismo.
Más adelante
limó asperezas con la familia presidencial y la respuesta inmediata fue la de
presentar la figura de Margarita Zavala en respaldo de las tareas de algún acto
de campaña.
En su
propósito de restañar la fracturada unidad de los panistas, Jose buscó a
Vicente Fox Quesada, se tomó la foto con él, lo invitó a su campaña, luego de
que el ex Presidente había manifestado que solamente un milagro haría ganar a
la panista.
Ahora, Jose
se reunió con varios ex gobernadores de extracción panistas y lanzó un reto, el
de ver si los priistas pueden hacer lo propio con sus ex gobernadores.
Ernesto Ruffo
Appel, el primer gobernador no priista del país; Carlos Medina Plascencia, el
segundo, aunque ni siquiera compitió para ello; Francisco Barrio Terrazas,
Chihuahua y Francisco Ramírez Acuña, Jalisco, fueron algunos de los ex
mandatarios panistas que se reunieron con la candidata presidencial panista y
recibieron ese elogio.
Y cuando
menos en ese aspecto tiene razón la ex secretaria de Educación Pública, ya que
cuando menos esos cuatro ex gobernadores salieron bien evaluados de sus
administraciones.
También le
cabe la razón, cuando dice que hay ex gobernadores priistas impresentables y la
lista es larga, cuando menos en los años recientes, razón por la que el
candidato presidencial del PRI,
Mario Marín
Torres, Puebla y Ulises Ruiz Ortiz, Oaxaca, son dos de los ex gobernadores del
PRI que son vistos desde lejos, aunque entraron en las negociaciones para
sembrar a sus delfines como candidatos a cargos de elección popular en el
Congreso de la Unión.
Otros ex gobernadores
como José Reyes Baeza, Chihuahua y Jesús Aguilar Padilla, Sinaloa, se encuentra
en cargos dentro del CEN del PRI, aunque no a la vista de todos.
Pero también
los hay como Félix González Canto, Quintana Roo, Ismael Hernández Deras,
Durango y Patricio Martínez, Chihuahua, que son candidatos al Senado de la
república, a pesar de que las herencias dejadas por sus gobiernos fueron
pesadas lozas para su partido.
Jorge Carlos
Hurtado, Campeche, que pasó sin pena ni gloria por el gobierno estatal, es hoy
contralor del PRI y José N. Murat, que inició el desastre de Oaxaca, se
mantiene cercano al candidato presidencial.
Natividad González
Parás, ex gobernador de Nuevo León, a quien se responsabiliza del terrible caos
reinante en esa entidad, es otro de los impresentables que se considera con
cercanía al candidato presidencial del PRI.
Los ex gobernadores
de Tamaulipas, Tomás Yarrington y Eugenio Hernández Flores, son de los que se
mantiene mayor distancia en el CEN del PRI, para evitar cercanía con el
candidato presidencial.
En Tabasco
se mantuvo alejados a los ex gobernadores Roberto Madrazo Pintado y Manuel
Andrade Díaz, el primero por el simple hecho de representar parte de la imagen
de la derrota que privó en los dos más recientes procesos electorales presidenciales.
Es cierto es
larga la lista de ex gobernantes priistas envueltos en escándalos públicos, con
sombra de sospechas sobre sus administraciones y que desatan rumores sobre
acciones fuertes en su contra, algunas, supuestamente, provenientes del
extranjero.
Pero también
en San Juan hace aire y algunos panistas ex gobernadores han dejado un tufo
nada agradable en el ejercicio de sus gobiernos.
Francisco Garrido,
ex gobernador de Querétaro no es ejemplo para nada de una buena administración.
Su gobierno fue tan desastroso que los electores decidieron darle la espalda a
ese partido, luego de doce años de gobierno.
Luis Armando
Reynoso Femat, Aguascalientes, es otro de los malos ejemplos de los gobernantes
panistas, sus problemas fueron de todo tipo, desde administrativos, de gobierno
y hasta con su propio partido que terminó expulsándolo de sus filas.
Sergio Estrada
Cajigal, Morelos, fue un verdadero desastre como gobernante y como en muchos
estados gobernados por el PRI, crecieron las sombras de sospecha sobre la protección
al narcotráfico durante su administración.
Héctor Ortiz,
Tlaxcala, flamante candidato al Senado, dejó sumido en el caos financiero al
estado y hasta fue juzgado impedido de tener un cargo público dentro del
estado.
Estos son
algunos de los ex gobernadores del PAN, de los que no se puede jactar Jose que
son presentables en todo tipo de lugares.
PAN Y CIRCO
Doce mil
pesos costaron las entradas de privilegio para ver el espectáculo de Paul McCartney
en el estadio Azteca y nada para verlo masivamente en el centro de la Ciudad de
México.
Lo curioso
de esto es que no se saben las cifras en que son contratados artistas
internacionales del tamaño del ex integrante de The Beatles y que permiten darles
a los ciudadanos pan y circo en los momentos en que se requiere del apoyo de
los votantes, ante un difícil proceso electoral que se avecina.
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