miércoles, 30 de noviembre de 2011

INSASTIFACCION DE PRIISTAS

La algarabía causada entre los priistas por contar con un candidato presidencial sólido y con amplia popularidad, posicionado, por mucho, por encima de sus eventuales competidores, contrasta con la confusión creada por la coalición establecida con los partidos Verde y Nueva Alianza.
Dicha confusión y hasta molestia fue generada por los términos en que se estableció dicha alianza que ya fue avalada por el IFE, por el número de candidaturas que se cedieron a esos organismos políticos.
La molestia crece a pasos agigantados en algunas entidades, las que están vinculadas estrechamente con esas negociaciones.
Y es que en estados donde ambos partidos (Verde y Nueva Alianza) tienen una escasa membrecía, les fueron entregadas diversas candidaturas que no justifican los escasos votos que aportan.
Las negociaciones se hicieron basadas, en muchos de los casos, en las necesidades de los gobernadores de extracción priista, que buscan su propio juego y frenar las posibilidades de los que consideran que son sus adversarios, aunque militen en el mismo partido y se suponga que viajan en el mismo barco.
Mientras la militancia se muestra extrañada de esas decisiones, hay gobernadores satisfechos con la forma en que se estructuró la alianza.
Uno de ellos es el gobernador de Quintana Roo, Roberto Borge Angulo, quien busca frenar, a toda costa, la candidatura de Carlos Joaquín al Senado de la República, razón por la que no le importa que su partido hubiese cedido el primer escaño de mayoría a un representante del Partido Verde.
Hace seis años, sucedió lo mismo, aunque la posición asignada a los ecologistas fue la de segundo en la fórmula que encabezó el ex gobernador Pedro Joaquín Coldwelll hermano de Carlos y correspondió a Ludivina Menchaca Castellanos, una coahuilense avecindada en Quintana Roo.
Algo similar sucedió en Chiapas, aunque aquí la fórmula fue a la inversa, ya que Manuel Velasco Coello, fue situado en primer lugar y María Elena Orantes fue relegada al segundo. La fórmula fue un éxito y hoy la disputa por la candidatura al gobierno del estado por parte de la coalición PRI-PVEM-PANAL, es entre ellos dos, aunque es sumamente enconada.
Después de ellos, los verdes lograron conjuntar su bancada senatorial con puros candidatos surgidos de las representaciones plurinominales.
Hoy entran también en el rejuego candidatos de Nueva Alianza, los que en proporción similar a los verdes, tendrán igual número de asignaciones dentro del contexto de candidaturas a una y otra cámara del Congreso de la Unión.
La alianza de los priistas con unos y otros les concede el 10 por ciento de candidaturas a cada uno de esos partidos minoritarios, por lo que serán ubicados dentro de las lista plurinominales en los primeros lugares, en algunos casos, y en otros, tendrán que disputar el voto en las urnas.
De esa forma, son cuando menos seis candidaturas de mayoría, sembrados en primero segundo lugar de las fórmulas estatales, las que les serán entregadas a cada uno de esos partidos.
Esa decisión provocó desde ya una rebelión en varios de los estados señalados para la asignación de cuotas y las explicaciones del partido tricolor no logran convencer a los militantes, mucho menos a los aspirantes a esos cargos.
Se establece que los candidatos del Verde y de Nueva Alianza irán a los estados donde el PRI perdió, aunque también se consideran otros, donde si ganó los dos escaños senatoriales, con todo y que la elección del 2006 fue la más difícil que el PRI ha enfrentado en toda su historia.
Lo peor de todo es que, consideran los detractores de esa decisión, es que se están entregando posiciones para el usufructo de los dueños de esos partidos que son considerados como familiares y patrimonialistas.
En Sinaloa, se propone como primero de la fórmula de la coalición a Fernando González, yerno de Elba Esther Gordillo, dueña y señora de la franquicia llamada partido Nueva Alianza. En Chiapas, otra entidad que les corresponde la primera fórmula, el nombre propuesto es el de Mónica Arriola, hija de la propia Elba Esther.
Con los prospectos del Partido Verde sucede lo mismo, ya que el primero anotado para conseguir un escaño es Jorge Emilio González Martínez, a quien su padre le cedió la presidencia del partido, aunque ahora su nombre no aparezca en calidad de eso.
El llamado “niño verde” juega con las opciones de aceptar la candidatura de mayoría por Quintana Roo, donde su prestigio es mínimo, debido a una serie de asuntos policíacos en los que se le vincula o ir por una cómoda representación plurinominal.
Otros estados que les serán asignados a los candidatos de los aliados del PRI, corresponde a entidades tales como Veracruz, Estado de México, Jalisco, Zacatecas, Puebla y Nayarit.
En varios estados del país el PRI no logró tener un escaño, ni siquiera como primera minoría, ya que se ubicó hasta el tercer lugar en los comicios del 2006, como fueron los casos de Veracruz, Morelos, Zacatecas, Michoacán y Estado de México.
En otros como Puebla, Sonora, Chihuahua, Jalisco, Nuevo León, Tamaulipas, Tabasco, Yucatán, Oaxaca, Guerrero, Querétaro, San Luis Potosí, Durango, Colima, Tlaxcala, entre otros, fue relegado a la primera minoría.
Sin embargo, en la mayoría de esas entidades no irán los candidatos del Verde o de Nueva Alianza como abanderados de la coalición, ya que sus expectativas de aportar los votos suficientes para recobrar esas posiciones son pocas.
De ahí que la molestia entre simpatizantes del PRI crece y amenaza con convertirse en una avalancha que pueda sepultar las posibilidades del PRI de asumirse como partido mayoritario en el Congreso de la Unión.

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