viernes, 22 de junio de 2012

EL ÚLTIMO JALÓN


Lo que no se realizó en los noventa días previos de campaña, ya no podrán hacerlo los candidatos presidenciales y los partidos que los apoyan en los restantes diez días.

El resultado de la elección presidencial se conocerá por la noche del mismo día de los comicios, lo que genera un voto de confianza entre los electores potenciales.
Los ciudadanos deberán dilucidar entre cuatro aspirantes presidenciales a quién de ellos le confían el mando del país por los próximos seis años.
Mucha agua corrió por debajo del puente en estos días de campaña, los de precampaña y los anteriores a esos, donde los candidatos y sus partidos cometieron pifias, las enmendaron, corrigieron el rumbo y se plantaron ante los ciudadanos para emitir sus ofertas.
Cumplido el ciclo, los candidatos y sus partidos se aprestan para dar el último jalón, esperando que el esfuerzo concluya con el triunfo en las urnas.
De los cuatro candidatos (tres hombres y una mujer), solamente uno de ellos triunfará en las urnas y será el conductor de un país en que cada sexenio los ciudadanos refrendan su voto de confianza de que las cosas transiten por el rumbo adecuado y que les permita alcanzar las metas fijadas.
El fracaso ha sido inminente, dónde por diversas causas el crecimiento no fue el adecuado y las promesas de campaña no cuajaron en realidades.
Hoy corresponde al ganador del primero de julio responder a lo prometido en campaña y sacar al país del bache en que se encuentra.
Por eso, los cuatro candidatos presidenciales echarán su resto en los días subsecuentes, para que sea el elector el que refrende en las urnas su voto.
Con diez días por delante y seis de ellos dedicados a campaña, los cuatro candidatos apuestan a convencer a los indecisos para inclinar la balanza en su favor, aunque uno de ellos se encuentra descartado de esa posibilidad.
El candidato de Nueva Alianza, Gabriel Quadri de la Torre se ha conducido en toda la campaña entre un cinco por ciento (máximo) de las preferencias hasta el uno por ciento, aunque hay quienes consideran que será el artífice de la conservación del registro del partido en que ni siquiera milita.
Para los diferentes muestreos levantados, Quadri de la Torre alcanzará el dos por ciento del total de los votos emitidos, por lo que no habrá necesidad de que el PANAL los reciba de los candidatos al Congreso de la Unión.
Eliminado de la contienda, como siempre lo estuvo Quadri, la disputa se centra en tres de los aspirantes, el priista Enrique Peña Nieto, la panista Josefina Vázquez Mota y el perredista Andrés Manuel López Obrador.
Peña Nieto se mantuvo como puntero todo el tiempo de campaña, algunas veces veinte puntos por encima de sus adversarios, aunque al cierre tiene un promedio del 15 por ciento de diferencia con el segundo lugar.
El priista se mantuvo siempre oscilando entre los cincuenta y los cuarenta puntos como máximo y mínimo, según las encuestas.
Los otros dos candidatos, Andrés Manuel López Obrador y Josefina Vázquez Mota, se disputaron en un constante sube y baja el segundo y tercer lugar en las encuestas de todo tipo.
Unas veces fue el perredista y otras la panista el que se acercaba al puntero, al que jamás inquietaron y llegan a la contienda en segundo lugar el de la izquierda y en tercero la de la derecha.
Sin embargo, esas son las cifras que dan las encuestas y una cosas son los números fríos que las marcan y otra el corazón y el raciocinio de los votantes.
López Obrador y Vázquez Mota confían en que pueden revertir las tendencias asentadas en los sondeos y convencer al electorado de que los respalde el próximo primero de julio.
Por eso, en un último jalón, redoblarán el esfuerzo y diseñan la estrategia del momento de apremio.
La disputa se hace más cerrada, los contendientes recurren a proyecciones distintas a las del inicio de campaña y expresan su satisfacción de que les otorgue el resultado esperado.
Se intensifica la guerra sucia, se incrementan los spots mostrando las debilidades y defectos del contrario y se espera convencer en actos masivos a los electores de que les otorguen su voto.
Los cierres de campaña de cada uno de los tres candidatos que se consideran con posibilidades se efectuarán en plazas que les han sido favorables en el pasado reciente.
El priista Peña Nieto eligió su terruño, de donde saltó a la candidatura, por lo que se espera sea un gran cierre de campaña, en (Toluca) la capital del estado que gobernó por seis años y donde se fraguó su crecimiento político.
López Obrador eligió una plaza que representa la del orgullo perredista, ya que desde hace 15 años dominan la capital de la república, con constante triunfos de sus candidatos al gobierno, que están confiados en refrendar el primero de julio.
Será otro lleno fabuloso el que tendrán y que les alentará para intentar conseguir el respaldo suficiente para ganar el primero de julio.
La panista Josefina Vázquez Mota se decidió por Guadalajara, la capital de un estado que gobiernan desde hace 18 años y que, sin embargo, parece ser perderán el primero de julio.
No se sabe el porqué no se decidió por Guanajuato, la entidad más añeja gobernada por su partido (21 años) y en la que existen amplias posibilidades de ganar el primero de julio.
Tal vez sea que la panista cree que los votos que le hacen falta los conseguirá en Jalisco, una entidad que parece regresará al redil priista.

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